Nos dicen que es bueno abrirse a todo.
He comprobado que cualquier cosa que nos digan que debemos hacer, no es ni beneficiosa ni perjudicial, a no ser que venga impuesta desde fuera y no sea coherente con el momento o proceso que estamos transitando.
Durante los pasados dos o tres años, me metí en mi cueva corazón. Era necesario, porque en todos nosotros se contiene toda la sabiduría y conocimiento universales: es ahí donde podemos encontrarnos para conectar con cualquier ser físico o sutil, con las memorias de las almas, con el origen.
Decidí desde mi alma borrar todo lo que mi mente creía saber, descartar teorías y formas de pensar y sentir de otros. El mapa estaba en blanco, el camino solo se mostraba como un paso o dos por delante de mí. No veía nada más allá. Era necesario tal como era.
Rompí creencias propias y ajenas, preparé el vacío para acoger la esencia real de todo.
Y así, ahora, desde la percepción de mi alma, puedo ir abriéndome a lo que antes creía rechazar. No era rechazo, era simplemente la brújula de mi corazón pidiéndome que mirara hacia dentro para buscarme.
Primero, ocúpate de encontrarte. Cava esa cueva propia para poder sentirte en tu refugio el tiempo que necesites hacerlo.
Después, ya podrás abrirte desde el criterio propio, desde la mirada y la escucha de tu alma, sin buscar maestros ajenos sino recibiendo la esencia de otros desde el amor hacia tí y hacia ellos.
Cerrarse y abrirse desde el corazón, dos procesos necesarios para expandirse.
🌀🫂
Luz Armillas,Chamana esencial
Escuela luz animal
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