No me sirven las teorías espirituales que hablan del ser humano como el único que expande su alma...y que tiene un camino álmico que recorrer. Porque no es cierto que el ser humano sea el único que tiene capacidad de ser consciente de su vida y muerte, de su alma y esencia. Más bien es al contrario: todas las especies con las que compartimos el planeta están libres de mentes racionales y limitantes y, por eso, no necesitan acumular conocimientos para despertar, para volver al origen de su Ser auténtico.
Se hace patente que el humano pone su mente rígida y ego al control de su vida y sigue llenando su cabeza de conocimientos porque cree que quién más sabe, más cerca de su alma está.
¡Qué error tan enorme!
La expansión comienza por el sentir, por el corazón, por ubicar el punto origen del corazón esencial y caminar desde ahí. Cuando tu alma encarna como ser humano es porque quiere experimentar la batalla entre mente y corazón. Los animales, por ejemplo, no necesitan librar esta batalla. No necesitan conocimientos para vivir desde el amor, desde el presente, desde la gratitud y la coherencia.
El humano que no se comunica con otras especies a través del lenguaje universal, ha olvidado que todos somos iguales en esencia. Si el camino se recorre desde una mente insaciable, que mantiene que hay diferencias entre seres físicos, ese humano seguirá ciego y engañado por una realidad creada por su ego.
Cualquier alma elige en qué cuerpo encarnar en cada experiencia física por muchos diferentes motivos. Las almas no se dividen por especies. Las almas no tienen forma. No hay almas humanas, almas vegetales, almas animales, almas de insectos...Un alma, un ser verdadero, es solo eso. La diferencia que tú aprecias con los cinco sentidos es solo aparente, pues es solo una carcasa física, impermanente, que no te habla de la verdadera esencia de ese ser.
Por eso, ninguna teoría o disciplina espiritual que olvide al resto de especies y solo tenga en cuenta al ser humano me sirve, porque está tan alejada de la verdad que solo mantiene la confusión del que la coloque como su verdad.
Luz Armillas
Comentários