Recuerdo cuando empecé a comunicar con los animales de manera consciente, qué nuevo era todo. Al principio lo anotaba todo en una libreta para que fluyera, utilizando lápiz y papel. Ahora sucede de una manera tan espontánea, en cualquier momento, desde cualquier ser, sea perro, gato, avispa, mosca, agaporni... Hasta el punto de que siento como si la esencia de cada uno se metiera en mí durante esa conexión y, al finalizar, dejaran un pedacito de ellos dentro de mí.
Ahora, si hablo de tal o cual ser con el que comuniqué, siento su esencia. Cada uno de ellos es único y diferente del resto. No es fácil explicarlo, hay que vivirlo, y espero que algún día todos los seres humanos lo hagan, y lo vean como algo natural y normal. O sea, como lo que realmente es.
Cada día son más las personas que me escriben preguntándome qué es esto de la Comunicación animal, y yo me siento feliz porque veo esa curiosidad que nace de la persona que nota algo en su interior, un deseo que empuja para salir y ser realizado.
Me encanta que me cuenten las sensaciones que han experimentado al haberse sumergido en la meditación que han descargado de mi web, porque esto, conversar con los otros animales, no es un don de unos pocos: es una cualidad que todos podemos despertar, reaprender.
Que nadie se quede con la duda; que todos demos valor a la intuición que, como una llama roja, quema dentro para que la escuchemos y le hagamos caso.
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